“Esta canción no sólo me cumplió un sueño, cambió mi vida”
Cindy Ferrin, participante de la Escuela de Formación.

“El hombre en la cocina no es ninguna novedad, hacer sancocho de gallina no le quita dignidad” son las primeras frases de la canción en ritmo de currulao creada por 10 mujeres de la vereda La Variante, donde actualmente se ubica el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de excombatientes de las FARC, en Tumaco, Nariño.
Esta canción y su letra nació como una iniciativa de transformación cultural para impulsar masculinidades no violentas y corresponsables en pro de la igualdad de género y hoy en día se escucha en diferentes plataformas radiales y digitales a nivel departamental y nacional.
“Grabar esta canción no solamente cumplió uno de mis sueños, sino que aprendí a practicarlo en mi hogar, en mi familia, con mis vecinos… a todo al que puedo hablarle de igualdad de género le hago escuchar las canciones, les hago ver el video, les cuento cómo lo hicimos … para mí fue una gran experiencia porque con la canción aprendimos cómo aplicarlo en nuestras vidas, cómo podríamos cambiar nuestro hogar” afirma Cindy Ferrin, mujer afro, fuerte, de alta estatura y que en pocos días será mamá.

Cindy junto con 39 mujeres más de la zona hicieron parte de una Escuela de Formación en Violencias Basadas en Género, Prevención, Protección y Resiliencia que desarrolló la Corporación Hombres en Marcha, gracias al apoyo de ONU Mujeres y el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la paz; en el marco del proceso se realizó una convocatoria para que población de Tumaco participara en un concurso de iniciativas en masculinidades, en ese momento 10 mujeres de la Variante decidieron unirse para empezar a escribir, cantar, interpretar instrumentos compartiendo a través del lenguaje musical mensajes con los cuales se pueda transformar a la comunidad y aportar en la prevención de violencias contra las mujeres.
Así nació el “Sancocho de la Igualdad” como una reflexión para invitar a los hombres a involucrarse de manera corresponsable en las tareas del hogar, pues en la costa pacífica nariñense aún se enseña a hombres y mujeres que dichas labores y el cuidado de los hijos/as son responsabilidad exclusiva de las mujeres, favoreciendo así múltiples discriminaciones y violencias.

Por esto las mujeres decidieron utilizar como símbolo el “Sancocho”, una sopa típica de la región que tiene como ingredientes diferentes verduras, papas, plátanos, yuca y gallina. Generalmente se cocina en fogón de leña y se prepara para celebraciones especiales de las familias. Además, existe un dicho popular en la región que refuerza esos estereotipos de género al mencionar “el hombre en la cocina huele a mierda de gallina, la mujer en la sala huele a mierda de Pigüala”
Partiendo de la resignificación de este refrán popular, iniciaron escribiendo algunos trazos con mensajes significativos y con el apoyo de una cantora tradicional, empezaron a pulir las rimas. Al presentar la canción, concursaron con diferentes propuestas de agrupaciones del municipio de Tumaco y salieron ganadoras, en la categoría agrupación de mujeres. Después vinieron los ensayos vocales, aprendieron a interpretar el guasá, realizaron el acople musical con el apoyo de folcloristas de la zona para finalmente grabar la canción en un estudio profesional en Tumaco, desarrollar la producción audiovisual del video clip y empezarla a difundir.
“Para mí la canción fue un éxito, significó mucho, me enseñó cosas buenas, me di cuenta que una canción puede cambiar tu mente, tu pensamiento, sólo con la letra” cuenta Cindy, con una sonrisa de alegría y una mirada llena de esperanza.

Para ella al igual que para las demás El Sancocho de la Igualdad fue más que una producción musical, fue una experiencia de vida que les permitió empoderarse y sentir que pueden aportar a la transformación de su comunidad.
“La canción habla de muchas formas, dice que para un hombre no debe tener nada de malo cocinar, hacer los quehaceres del hogar, también dice que debemos saber que no hay diferencias en los juguetes –no tienen sexo el juguete- y por eso debemos enseñar a los niños y niñas que puede divertirse con lo que quieran. Yo pienso que quien la escucha y la pone en práctica de verdad puede cambiar mucho su vida, los hombres empezarían a ser más corresponsables con las labores del hogar” agrega Cindy y finaliza diciendo:
“A los hombres les diría que aprendan a tratar con respeto y amor a las mujeres, a participar en las tareas del hogar, que sean más pasivos, más pacíficos. Y a las mujeres, que no permitan maltratos, nosotras somos capaces de muchas cosas, de salir adelante, somos valientes podemos tomar decisiones, no permitan el maltrato, que denuncien porque tenemos leyes que nos acogen”